1/1/08

Filósofos cínicos

Dedicamos esta página a los principales filósofos cínicos: Antístenes, Diógenes de Sinope, Crates de Tebas, Metrocles e Hiparquia de Maronea, Onesícrito de Astipalea, y otros cínicos menos conocidos. Finalmente exponemos, solo en números, el catálogo integral de cínicos de M.-O-Goulet-Cazé.
Antístenes
Antístenes fue el prototipo de sabio austero y solitario, con una confianza radical en el ser humano individual y una desconfianza total en las instituciones de cualquier clase.
Fue uno de los filósofos más relevantes de su época, discípulo directo de Sócrates, tuvo a su vez una influencia decisiva en algunas de las escuelas que se formaron en este periodo, tanto por sus teorías, como por su actitud y su forma de vida. Es considerado como el precursor de la escuela cínica a través de Diógenes y de Crates, y también de la escuela estoica a través de otro de sus seguidores, Zenón de Citio.
Antístenes nació en Atenas, entre los años -450 y -445 y murió en al año -366 (fechas aproximadas dependiendo de las fuentes). Participó en la batalla de Tanagra, con unos 20 años, de ahí la posible datación de su nacimiento. Su padre fue un ciudadano ateniense y su madre una esclava tracia, este mestizaje le impedía conseguir la ciudadanía ateniense, pero no parece que esto le importunara demasiado, incluso ironizaba al respecto diciendo que también la madre de los dioses era extranjera.
Comenzó su andadura filosófica como discípulo del famoso sofista Gorgias, que como todo sofista cobraba por enseñar, por lo cual se podría deducir que Antístenes o bien gozaba de una posición económica desahogada o que él mismo ejercía de sofista y cobraba por esto. En este mismo tiempo se inició también en los misterios órficos. Sin embargo, su principal aprendizaje fue con Sócrates, de quien se hizo discípulo y amigo hasta la muerte de éste.
Antístenes estuvo presente en uno de esos raros momentos estelares de la filosofía como fué la muerte de Sócrates, mientras discutían sobre la inmortalidad del alma y esperaban a que llegaba el momento de beber el veneno que le causaría la muerte.
La tranquilidad del viejo maestro en tan decisivos momentos causó una profunda impresión en todos los que estaban allí presentes y es muy probable que esto influyera en la insistencia posterior de Antístenes en la ataraxía.
Un buen día Antístenes decidió prescindir de todo lo superfluo y fundar su propia escuela. Lo hizo en un gimnasio en las afueras de Atenas llamado cinosarges, que quiere decir el perro blanco (perro raudo o veloz, según otras versiones), dando lugar a la duda de si de esta circunstancia deriva el nombre de la escuela cínica. El cambio es tan radical que se manifiesta también externamente, viste ahora un manto, un zurrón y un bastón, indumentaria que se convierte en el uniforme del cínico. Prescinde de una manera decisiva de todo lo que no puede llevar encima, con la intención de librarse de los caprichos de la fortuna y regir su propio destino.
El objetivo es alcanzar la felicidad y esto se consigue si uno depende solo de sí mismo. Lo fundamental para el cínico es la autarquía, es decir la independencia de todo condicionamiento exterior, la autosuficiencia, que puede aprenderse pero que requiere un esfuerzo. Antístenes pone como ejemplo al héroe Heracles (Hércules). Atrás queda todo aquello que considera que ya no le pertenece al sabio, la familia, el dinero, la fama y sobre todo sus antiguos pensamientos. En cierta ocasión afirmó que la mayor dicha era sin duda, morir feliz.
Antístenes vivía según su propia ley, la que él mismo eligió para sí, de acuerdo con la areté personal que libremente asumió. Las leyes establecidas, las convenciones sociales no eran para este sabio, que como todos los cínicos despreciaba las normas, las instituciones, las costumbres y todo lo que representa una atadura para el hombre. Predicaba una vuelta a la naturaleza como revulsivo a la domesticación social y cultural que se imponía en las ciudades. Poseía una amplia cultura y escribió numerosos libros, Diógenes Laercio los agrupa en 10 volúmenes y nos da el título de casi 60 escritos, de los cuales actualmente tan solo se conservan 2 breves fragmentos (Sobre Ayax y Sobre Ulises).
Diógenes de Sinope
La figura de Diógenes enseguida pasó a ser una leyenda de provocación y la imagen del sabio cínico por excelencia, de aspecto descuidado, burlón y sarcástico.
Su forma de vida perruna, su estilo agresivo, su comportamiento siempre en contra, le diferencian sin confusiones. Vivía en un tonel, buscaba a plena luz del día con un candil, nada menos que al hombre, se masturbaba en público, comía carne cruda, escribía libros a favor del incesto y del canibalismo. Si alguien es el prototipo de transgresor, ese es Diógenes de Sinope.
Nació en Sinope (Asia Menor) entre los años -413 y -400 y murió en Corinto en el año -323. Este mismo año es probable que murieran también Aristóteles y Alejandro Magno. Su padre era banquero y cuenta Diógenes Laercio que un buen día decidió consultar al oráculo y recibió como respuesta "invalidar la moneda en curso", que como todas las respuestas de los oráculos era enigmática. Dicha respuesta tenía al menos tres sentidos: falsificar la moneda, modificar las leyes o transmutar los valores. Diógenes no quiso elegir e hizo las tres cosas, el resultado fue la expulsión y el destierro de Sinope. Ellos me condenan a irme y yo les condeno a ellos a quedarse, fue su irónico comentario. Forzado por estas circunstancias deambuló por Esparta, Corinto y Atenas, en esta ciudad frecuentó el cinosarges y se hizo discípulo de Antístenes, optó por llevar una vida austera y adoptó la indumentaria cínica, como su maestro.
Desde sus comienzos en Atenas mostró un carácter apasionado, llegando Platón a decir de él, que era un Sócrates que había enloquecido. Pone en práctica de una manera radical las teorías de su maestro Antístenes. Lleva al extremo la libertad de palabra, su dedicación es criticar y denunciar todo aquello que limita al hombre, en particular las instituciones. Propone una nueva valoración frente a la valoración tradicional y se enfrenta constantemente a las normas sociales. Se considera cosmopolita, es decir, ciudadano del mundo, en cualquier parte se encuentra el cínico como en su casa y reconoce esto mismo en los demás, por tanto en mundo es de todos.
La leyenda cuenta que se deshizo de todo lo que no era indispensable, incluso abandonó su escudilla cuando vio que un muchacho bebía agua en el hueco de las manos. Conoció a algunos de los filósofos y gobernantes de la época, se cuenta la anécdota de que estando un día en las afueras de Corinto, se le acercó a Alejandro Magno y ofreció concederle lo que quisiera, a lo que el filosofo respondió simplemente: apártate a un lado que me quitas el sol. Esta anécdota pretende reflejar claramente que el sabio no necesita nada de los poderosos, que está por encima de las riquezas materiales y de la ambición del poder. Esta actitud crea una radical separación con los políticos. Todo esto es posible pero se necesita un duro entrenamiento (ascesis). Diógenes, como todos los cínicos recomienda el entrenamiento para adquirir la areté, ejercitarse tanto física como mentalmente para endurecerse y llegar a la impasibilidad y a la autosuficiencia. La independencia se consigue con el esfuerzo, como el viejo héroe Heracles, que sirve de ejemplo a los cínicos, porque vive conforme a su propia valoración de las cosas y no según normas ni convenciones impuestas desde fuera. Escribió algunos libros, que se han perdido, pero todos los indicios hacen suponer que eran de carácter breve y en forma de máximas o sentencias agudas e irónicas, según sus comentaristas.
Su muerte, como no podía ser de otra manera, también es motivo de anécdotas. Según algunos murió por su propia voluntad, suicidándose mediante la "contención del aliento", dueño de su destino y del momento de su muerte. Según otros murió de las mordeduras de un perro, esta vez de los de cuatro patas o de una indigestión por comer pulpo crudo.
Cuentan también, pero esto ya es otra historia, que aún resuena el eco de las carcajadas del sabio de vez en cuando y que sus amigos levantaron un monumento en su honor, que consistía en una columna coronada por un perro de mármol.
Crates de Tebas
Crates era un ciudadano adinerado y de buena posición social, que renunció a toda su fortuna para hacerse filósofo cínico. Fue discípulo de Diógenes y maestro de Zenón de Citio, el que luego fundara una de las tendencias más importantes de la filosofía antigua, el estoicismo.
Crates, a diferencia de su maestro, era un hombre amable y tranquilo, que le valió el sobrenombre de "el filántropo", así como el de "abrepuertas" porque la gente le llamaba a sus casas para pedirle consejo y charlar con él. Nació en Tebas aproximadamente en el año -368, pero enseguida se marchó a Atenas, para hacerse seguidor de Diógenes, murió hacia el año -288. Como todos los cínicos predicaba la autarquía y la sencillez dando ejemplo con su vida y sus actos, y aunque de estilo menos agresivo que sus predecesores, su actitud es la misma que los demás.
Para Crates la filosofía le libera de su esclavitud externa, en cuanto a la familia, la propiedad o las contumbres sociales y le libera también de esclavitud interna, de sus opiniones, manteniendo su radical libertad individual. Para conseguir vivir feliz, es suficiente con lo mínimo, es esencial la frugalidad y la distancia con las instituciones y las leyes. Crates escribió bastantes obras de literatura en las que consiguió mantener un buen nivel y además las escribió casi siempre en verso, sus obras consisten en una mezcla de poemas medio broma y medio serio, y parodias que escondían mensajes éticos.
Pretendía propagar los principios de Diógenes, de una manera atractiva, y probablemente de esta manera consiguió llegar a una audiencia bastante amplia. Protagonizó uno de los escándalos mas curiosos de la filosofía antigua: su historia de amor con Hiparquia, filósofa cínica como él.
Metrocles e Hiparquia de Maronea.
Fueron dos hermanos que provenían de una familia rica de Maronea.
Metrocles tuvo desde muy temprano inquietudes filosóficas y gracias a que tenía bastante dinero pudo dedicarse a ello sin problemas. Fue discípulo de Teofrasto y luego también de Jenócrates. Pero no se sintió satisfecho hasta que encontró a Crates y se hizo discípulo suyo y abandonó sus pertenencias. Fue conocido como un experto en la anécdota breve, con ánimo de memorizar y utilizar como guía. Poco más se sabe de su vida, salvo que por su mediación, su hermana Hiparquia conoció a Crates del que se enamoró pero al principio este amor no fue correspondido y ante esta situación le amenazó con suicidarse, al final y en contra de las normas sociales de la época mantuvieron una relación cínica, que incluía el mantenimiento de relaciones sexuales en público.
Hiparquia es una de las pocas mujeres filósofas de la antigüedad (aunque no la única), y desde luego fue la única cínica. La dureza de tener que abandonar todas sus pertenencias, vestir el manto cínico, llevar una vida como la de sus compañeros y ser uno más no debió ser nada fácil, dadas las costumbres de la época. Sin embargo su relación con su Crates, resultó ser de lo más cordial y compartían todo de igual a igual, incluido la filosofía.
Onesícrito de Astipalea.
Su vida transcurrió aproximadamente entre los años -380 a -300. Fue otro de los discípulos importantes de Diógenes y el más viajero. Acompaño a Alejandro Magno en una expedición la India, donde entró en contacto con los gimnosofistas hindúes, a los que define como sabios o santones medio desnudos y a los que comparó con los cínicos griegos. Su vida no fue la un auténtico cínico al estilo de sus predecesores, pero su actitud y la propagación del cinismo hizo que Diógenes Laercio le incluyera en su libro y su nombre figure en cualquier lista de cínicos.
Otros cínicos menos conocidos.
Diogenes Laercio aún menciona a otros tres filósofos en la lista de cínicos y a los que trata más brevemente: Mónimo de Siracusa, que fue discipulo de Diógenes, Menipo de Gadara, discípulo de Crates, Menedemo de Lampsaco y dos más en otras partes de su libro: Bión de Boristenes (-335 a -245) que fue vendido como esclavo, y acabó en Atenas estudiando filosofía con Crates y Estilpon de Megara (-360 a -280) que pasó por la escuela cínica (es probable que fuera alumno de Diógenes) y por la megárica donde llegó a encabezarla.
De los filósofos posteriores a Diógenes Laercio, solo destacaremos a Luciano de Samosata que fue una mezcla de cínico y de epicúreo, escribió numerosa obras, casi todas de carácter satírico, así como diálogos en algunos de los cuales intervienen filósofos cínicos.
Catálogo integral de filósofos cínicos conocidos.
M.-O.Goulet-Cazé, en un excelente trabajo, ha elaborado un catálogo integral de los cínicos conocidos, con un pequeño resumen de cada uno de ellos, dispuestos en 8 grupos: 83 cínicos cuya autenticidad histórica está comprobada, 14 cínicos anónimos, 10 personas cuya vinculación con el cinismo es incierta, 31 cínicos de las pseudoepigráficas Epístolas cínicas, 13 cínicos casi con seguridad ficticios, pero que aparecen en la literatura, 1 cínico por equivocación, 4 personas que no fueron cínicas, pero a las que se conocía como perros, y por último varios títulos en los que aparece la voz perro.
http://www.cinicos.com/ci03.htm

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